Ella camina bajo el manto de la noche esperando no encontrarlo. Él deambula por las calles buscandola. Ambos coinciden en una esquina de la vieja Whitechapel.
...y desde los más sucios burdeles, a los más escondidos callejones humeantes de niebla. Trás los muros viejos y desgastados, falsamente iluminados por lámparas de gas envenenante, se escucha un grito ahogado en el terror de la funesta muerte.
A ella le bastó una mirada de desprecio para asesinarlo. Pero él necesitó desgarrar su corazón para matarla.
A ella le bastó una mirada de desprecio para asesinarlo. Pero él necesitó desgarrar su corazón para matarla.
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