Irracionalidad.

¡Pero nada de esto se entiende como debería de entenderse! Sucede que para que Sofía pudiera deleitarse con el sufrir de sus penas, y que sus lágrimas le supieran a miel amarga de nostalgia. Él tuviese que haberse marchado...
¿Qué de racional tiene que quiera que regrese si ninguno de sus placeres masoquistas existirían?

Ruleta rusa.

Ruleta rusa, qué fragilidad se siente en el cuerpo cuando se jala el gatillo una vez al año y se tiene la suerte de una oportunidad más. Un pastel de cumpleaños que sabe a gloria.

Insomnio.

Todas las noches envuelta en su depresión, Inés despierta y corre hacía la ventana con la esperanza de ver al mundo en llamas. Al observar el frío empañando el cristal, su estómago se revuelve, sus sentimientos chocan unos con otros y con paso trémulo regresa a la cama. Respira profundo, tiembla, es la vida, así es la vida, su vida. Tan llena de matices que al tomar la pistola que guarda bajo su almohada, quisiera que fuera monocromática, de un color rojo eterno.

Post mortem.

Después de todo no suena tan ilógico que nadie se diera cuenta que Alonso había desaparecido. Era pequeño, de huesos débiles y frágil como el cristal, sus pasiones las letras y por lo tanto amante de los libros.
Alguien un día notó que hacía tiempo de la última vez que lo habían visto deambulando por las calles de su pueblo, y no fue sino hasta que se decidieron a leer el más intrigante de sus escritos que se enteraron de su nuevo paradero; su melancólica y agobiante novela autobiográfica escondía una carta suicida en el último de sus capítulos.

Sueño profundo.

La primera semana en el internado fue demasiado. Al llegar el fin de semana, el cuerpo de Ana decidió apagarse, en contra de la voluntad de la propia Ana, que muchas ganas tenía de gritar que muerta no estaba. Pero todo fue en vano, ya que todos llorando, su cuerpo tres metros bajo tierra abandonaron.

Infección

Réquiem por Amanda que murió cuando la infección por mordida de vampiro en su cuello empeoró de forma terrible.
...las bacterias no saben de romanticismo ni nada.

El tren.

Daniela mira a lo lejos con sus ojos como de búho, escucha pitar el tren, ya siente su marcha bajo sus pies y se aparta de las vías...
Espera con impaciencia.
El tren está pasando y ella saluda a la gente que viene dentro, pero ellos no hacen caso; todos van con cara de cansancio, de horror y de espanto.
Sólo una anciana le ha devuelto el saludo, su cadavérico rostro le delvuelve una eterna y pálida sonrisa que pareciera el tiempo puede detener.
...nadie le diga a Daniela que La Muerte pasa por su vecindario todos los días,

Metamorfósis.

La explicación de su deceso se explica de la siguiente manera: el aburrimiento era tal que para pasar el rato decidió germinar un par de frijoles en las palmas de sus manos. Los días pasaron largos y tediosos, con todo y sus noches de luna y sus tardes de lluvia. A la semana ya surgían brotes de un verde profundo. Pero nada más, ya que al olvidarse de sí mismo, Alonso murió dentro de la vida de sus plantas.

Incineración.

Las representaciones teatrales que Sandy lleva a cabo son de por sí cuestionables obras de arte: gasolina, fuego y muñecas para representar el efímero ciclo de la vida que se quema con facilidad.
Un día, el infierno le devora y deja de existir: la combustión espontánea se vuelve ironía de su amor por la vida y el fuego.

Despertar.

Sumida en un profundo sopor producto de una nueva catalepsia, la memoria de María se descompone, se muere; poco a poco se despedaza en recuerdos. Su escencia se filtra en las mentes de sus seres amados y se convierte en fantásma...
Cuando abre los ojos, sus funestos pensamientos de muerte se anclan a la vida.

Falacias.

Cuando la familia se enteró del enorme descaro cometido por Samuel, entendieron que no había sido su muerte la que había fingido, sino que siempre había estado fingiendo que estaba vivo.