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Exhumacion-es.

"Exhumaciones" es un recorrido por la literatura light del nuevo siglo, un juego de palabras a veces corto a veces no tanto. Que intenta reflejar emociones, obsesiones y locuras "temporales".
"Exhumaciones" Es un viaje desde el centro de la Tierra hasta lo más recóndito de mi universo personal.

30 oct 2009

vuelta de tuerca.

Detuvo su caminar al escuchar pasos que venían trás ella, miró de soslayo y alcanzó a observar la sombra de un hombre que se tambaleaba unos metros atrás, aceleró el paso al tiempo que su miedo se incrementaba y dio vuelta en un callejón lúgubremente iluminado. Él hombre le gritó algunos improperios, los ecos de sus gritos rebotaban cruelmente en las paredes de ladrillo viejo e iban a perderse en las empedradas calles, intentó caminar más a prisa pero debido a su completo estado de ebriedad trastabillaba a cada rato y eso le provocaba una hilarante furia. -Vamos, querida. Detente un momento que podemos platicar.- decía una y otra vez.
Ella no quiso saber más y corrió tanto como sus piernas se lo permitieron hasta desaparecer trás unos contenedores de basura. Desconcertado, el hombre se paró bajo el halo de luz de una lámpara intermitente, se preguntaba donde se habría metido, tenía que estár en algún lugar puesto que no había otra salida, vociferó, gritó y se desgarró la garganta llamándola pero nadie contestó. Esperó un momento, ella no pudo contener más la respiración y al exhalar escapo de ella un suave gemido que rompió el silencio. El hombre, extasiado y rabioso se acercó con paso firme hacía un hueco que formaban los contenedores, ella permanecía petríficada con las manos sobre el rostro.
-Querida, sólo quiero hablar contigo...- repetía mecánicamente el hombre, pero ella no respondió. Ni siquiera se movía, es más nisiquiera respiraba. El hombre le tomó de los brazos, estaban fríos pero cedieron con suavidad cuando las apartó de su rostro, era un rostro inconfundible... Blanco y con grandes y oscuras cuencas en el área de los ojos, sonriente, irónica, fría y terriblemente hermosa. Tras observar esto el hombre cayó de espaldas con los ojos más abiertos que nunca, quiso arrastrarse y escapar pero su cuerpo ya no quiso hacer caso.
-¿De qué quieres hablar, cariño?- dijo la Muerte.

29 oct 2009

Esperando.

Es común verlos aquí por éstas noches, también por éstos días. Se les encuentra paseandose por las galerías, plazas y calles de la comunidad, a veces se les ve con la cara al sol, tumbados en las bancas de los parques, satisfechos, contentos y borrachos. Otros prefieren algo más solemne y se quejan despacito pero con ganas, y es que también se sienten sólos, más cuando uno se olvida de ellos y los deja ahí abandonados. Quizá tú que lo has experimentado sabes que sentirse así es sentirse de la patada, a ellos les tienen un lugarcito en las iglesias donde todavía se acuerdan de ellos aunque no los conocen, ni los conocieron. Yo ya tengo las velas prendidas, el papel picado, el incienso, las flores, comida y bebida de a montones... ¡Se van a estár tan bien aquí! Con su música, sus voces, sus gritos, su desmadre, su todo.
Pero aún no han llegado, qué muerta parece la vida sin su presencia.

28 oct 2009

recuerdos.

La luz de las velas son un reflejo naranja que te llena de brillo los ojos, que ilumina esas lágrimas cargadas de melancolía, que se deslizan por tus mejillas hasta caer sobre los cuatrocientos pétalos de las flores que abrazas con tanto fervor contra tu doliente pecho. Mujer, suspira que la noche es tibia a pesar del frío, llénate de ese aroma de maderas quemadas, de alcohol hirviendo y de flores muertas. Suspira, mujer, porque sabes que lo que te hace llorar esta noche es el enorme peso de tu vida, ese peso que te sepulta en el profundo hueco de su ausencia... Ahora tan eterna como su recuerdo.
Pero sonríe, mujer. Sé que puedes sentir como el tiempo da marcha atrás con las voces y las risas de los niños que corren por el cementerio, con sus caritas pintadas de calavera y sus calabazas talladas, sé que puedes sentir como la vida se apodera de la soledad que invade tu corazón. No lo sigas pensando más, mujer: besa las flores sobre las que has llorado y entrégales un suspiro más y un beso silencioso. Porque él ya te ha besado toda la noche.

27 oct 2009

retorno.

Los ojitos de Aurora se posaron en el lejano horizonte donde ya caía la noche, alzó la vista y las estrellas centellearon inocentes en complicidad con ella. -Está muy lejos- se dijo a sí misma sin esperar respuesta alguna. Bajo ese cielo encapotado se miraban millones de luces, parecían moverse con sutileza; eran pequeños fuegos productos de velas que alumbraban el desierto yermo, luces sostenidas por las manos firmes de gente que reía a carcajadas, que viajaba en una proseción entre cantos y música. Todas hacia una misma dirección, todas con un mismo destino...
-Aurora, date prisa. ¿Acaso no quieres ver a tus hermanitos?- le gritó una anciana que caminaba con paso rápido y ágil.
-¡Ya voy, mamá!-respondió Aurora echando a correr.
Y las calles de la soledad y la amargura se llenaron de alegria con el retorno de los muertos.

26 oct 2009

supervivencia.

Con la cabeza punzando al borde de la explosión, los ojos ardiendo y la garganta cerrada, intenté dormir esperando que la muerte apareciera como un tótem a la mitad de la noche. Sin embargo, cuando desperté, sólo quedaron los vestigios de un sueño funesto y un enorme monstruo de madera a los pies de mi cama.

23 oct 2009

angustia.

¿Por qué despiertas tan agitado todas las noches? Miras hacia la ventana entreabierta, una corriente de aire mece la cortina. El espanto sube por tu cuerpo, lo sientes en el cabello erizado, en ese sudor frío recorriendo tu espalda. Mira abajo, ¿Qué es? todo parece normal, tus zapatos, tu ropa sucia, tus pastillas, tus jeringas, tus adicciones, ¿Pero algo se movió?... Te duele moverte, te duele sentir su presencia, te hiere en el alma y no puedes gritar porque tu garganta reseca se cierra y raspa con dolor indecible...
Ellos merodean todas las noches, los muertos buscan besar tus labios fríos.

22 oct 2009

desencanto social.

Y así, estando todos al borde del precipicio, ellos nos alentan a seguir adelante y no dar un paso atrás.

21 oct 2009

blasfemia.

Tomamos un elevador pues los pisos parecían interminables. Cuando llegamos a las puertas del cielo notamos que estaban cerradas debido a una próxima remodelación; ese lugar no diferenciaba mucho de una enorme ciudad con edificios de concreto, calles pavimentadas, parques de diversiones, marquesinas por todos lados y millones de almas que se paseaban despreocupadas y distraídas.
Dios estaba triste, sentado en un alto trono en medio de la ciudad, maquilando la próxima destrucción...
Después de todo, ¿Dónde está la más grande abominación en todo el cielo? ¿Era aquello lo que describieron como Babilonia la Grande?

20 oct 2009

cadenas.

En el silencio de su recámara la joven bruja murmuraba rodeada de velas y los vestigios de un conjuro mágico, los aromas varios subían en espiral mezclandose, provocando lo que ella denominaba como un "olor a muertos"; esa fragancia tan característica del incienso y las flores.
Una voz perturbó la atmósfera solemne.
-el agua estancada se pudre, se enfría, se vuelve hielo y nos congela...
-¿así se siente?- preguntó la bruja, temerosa de escuchar la respuesta.
-Sí, así se siente. Es un caminar constante por un desierto sin luna. Es como andar bajo el oceano con los pies encadenados. No puedes imaginarte lo horrible que es esto.- dijo la voz con el llanto hiriéndole las palabras.
-Eso es terrible, quisiera ayudarte. Amor mío... Y no dejarte sólo como aquella vez.
-Ya has hecho suficiente, cariño. Esto es lo que merezco... El peso de nuestra conciencia es un ancla en el mundo de los muertos. Por el amor que nos tenemos, no intentes seguirme. Ya ves, ésta no era la solución.

19 oct 2009

incoherencias.

Una gota cae sobre el parabrisas, deja un rastro transparente y se une a un pequeño riachuelo que a su vez gotea en el suelo. De inmediato imagino tus ojos que nunca vi derramar lágrimas, y vienen de nuevo las convulsiones, la vista borrosa y esas ganas de llorar despacito toda la tarde. Soy así, un idiota que no llora, que tiene el alma cargada de impurezas, blasfemias y groserias. Que deambula en un palacio de pensamientos no queriendo tocar nada por temor a romperlo o cambiar los recuerdos de lugar. Y asi trancurren los minutos, ahora en la sala escuchando tu voz, luego en la recámara imaginando tu ternura, más tarde en el funesto jardín viendote decir adios... Sin tan sólo me dejaras tomarte de la mano y no pensaras mal, quizá, y sólo quizá, podríamos ver ambos, cómo es que se siente llegar a Estambúl una tarde lluviosa en el Expreso de Oriente... Ahí nadie sabría del monstruo que te ha secuestrado por un ratito.

16 oct 2009

ángeles.

Ensangrentados, cansados y hambrientos, nos detuvimos a orillas de una vieja vereda. El crepúsculo nos dejaba mirar la luna en el horizonte, bajo ella una ciudad perdida. Ellos, combatientes de guerra decidieron continuar el camino. Yo me tomé mi tiempo y decidí descansar un poco más cuando escuché su voz diciendo cosas tan dulces.... Dijo que mi salvación ya estaba pagada, y en paracíadas abiertos, los ángeles bajaron para llevarse mi alma.

15 oct 2009

La vida en negro.

Esta es la tercera vez que miro el reloj en los últimos cinco minutos, nunca he sido una persona paciente, los nervios me carcomen como polillas dentro de mi cerebro, ella está próxima a llamar, ella es hermosa. La conocí hace apenas unas horas, allá en un café de muy mala reputación, donde te sirven en tazas que huelen a detergente barato y te regalan galletas que más que consistencia, lo que les hace falta es que las tiren a la basura. Aquel no fue una visita de placer, no iría a ese lugar si no tuviera otra cosa más interesante que hacer, pero los negocios sucios de mis socios me han arrastrado a las cantinas, restaurantes y cafés más deplorables de la ciudad, sin embargo, no me encontré con ningún socio; estuve a punto de ser nuevamente víctima de un maldito fraude, pero este instinto que vive dentro de mí me hizo pensarlo dos veces antes de invertir mi dinero. Le metí dos balas en las cuencas de los ojos a ese bastardo, ahora debe andar flotando en algún apestoso canal de está ciudad, hermosa ciudad.
Era justo en ese momento que creí que sería un día como cualquier otro, pero entonces la vi, caminaba por la acera, justo afuera del café, ella iba bien vestida, de manera exageradamente formal. Me encantó la forma en que se contoneaba y en cuanto se sintió observada me lanzó un guiño que comprendí como un signo de coquetería. Me levanté de mi silla y salí para darle alcance en un intento estúpido por saber quien era. Se detuvo, me miró de nueva cuenta y me preguntó por mi nombre, le respondí. Minutos después se despidió de mí e hizo un pacto conmigo, un trato que por un momento creí que sería un interesante juego, me propuso ser su amante por el resto del día y dictó tres cláusulas; la primera: será una tarde completamente romántica, la segunda: Todo terminará al final del día y la tercera: Alguno de los dos tendrá que morir. Cuando se hubo ido pensé—esto es absurdo—pero algo me decía que eso no era una jugarreta más del destino. Se despidió con un “te llamo en la tarde…”
Suena el teléfono, son ya casi las siete de la tarde, es ella. Cuelgo, me ha dictado su dirección y el número de su apartamento, estoy de suerte, no queda tan lejos.
Subo al mustang y enciendo su ronroneante motor, la música clásica suena con claridad y potencia, imaginó una cinta del hermoso cine negro de los años cincuenta rodando en mi mente; ahí van los gangsters tras el dinero del rescate, los primeros secuestros en la ciudad son la novedad y el terrorismo puro, las balas surcan cada recoveco en los edificios, las sirenas de las patrullas aúllan sabiendo que jamás podrán ganarle la batalla a la impunidad. Comienza a llover, las gotas mojan el parabrisas del automóvil, lo siento estremecerse. A la vuelta de la esquina está el edificio, en verdad es elegante. Me estaciono muy cerca de la entrada, le marco a su número y contesta enseguida. Me hace esperar por casi veinte minutos, pero en la recepción del edificio, me sorprende con un par de entradas para un musical; “El Fantasma de la Ópera”. Supongo será entretenido, pienso que sus cláusulas ahora apestan.
Me toma del brazo y le invitó a subir al automóvil, su vestido violáceo se le ve estupendo, contrasta de manera sublime con el escarlata de mi auto y eso me hace suspirar. Dentro, el ruido exterior se elimina casi por completo, una atmósfera de intimidad y expectación comienza a nublarme la vista. En el radio suena “la habanera” interpretada magistralmente tal vez por alguna gorda horrenda. Pongo en marcha nuevamente el automóvil y enfilamos hacía el teatro, ya vamos retrasados y ella no se quiere perder la obertura. Son ya casi las ocho de la noche, ella me platica su vida, se acerca demasiado a mí mientras juega con los mechones de mi cabello, me da un beso en la mejilla y pienso que su vida es un desperdicio, no tiene futuro alguno. Su vida es patética, pero ella es hermosa.
Ella revisa la guantera del auto y encuentra una pistola de muy bajo calibre, un arma que permiten las autoridades por que dicen ellos que es casi inofensiva. La toma en sus manos y la apunta a mi cabeza, solo tiene una bala. Le ordenó que la deje en su lugar y obedece. Hemos llegado al teatro, la gente se arremolina a las entradas; son como simios, comen porquerías y entran eructando a buscar su lugar asignado. Bajamos del auto y un tipo con la cara llena de asquerosas erupciones, nos guía con una hipócrita amabilidad hasta nuestros lugares, justo detrás de la orquesta, en el ala derecha, al lado de un par de acaramelados enamorados. La función comienza un par de minutos después, en el escenario la subasta nos presenta a un hombre detrás de un atril que grita el número de lote 666; el candelabro que recuerda a todos que el espectro de aquel fatídico amor, aun está presente. Por lo menos suena divertido… Los acordes ascendentes y descendentes de la orquesta retumban en mis oídos, el telón de fondo se levanta y en ella aparece la doncella, cantando tan fuerte que parece que se le zafará la quijada. Después de todo no es buena actriz y la mujer que me acompaña lo sabe, en su opinión, no es más que una grulla graznando, no merece estar ahí. La orquesta seguía tocando ¿Quién iba a pensar que la única bala de la pistola de bajo calibre iba a terminar incrustada en la cabeza de aquella pésima actriz? Eso si que fue una grata sorpresa, disparó tan rápido y con tal precisión, que todo mundo se quedo mirando perplejo al no comprender lo que sucedía— ¡Oh, eso se vio demasiado real!—exclama una mujer en un palco, otro hombre grita— ¡está muerta!—y el teatro entero se vuelca en una estampida provocada por el pánico. Afuera, la seguridad pretende hacer su trabajo no dejando ir a nadie. Ella me dice un secreto al oído: La venganza sabe mejor a tu lado.
Me acercó a ella y beso sus labios. Ella me devuelve el arma que ha sustraído con tal sutileza y le digo que debemos empeorar un poco más las cosas; le pido que espere dentro del auto y así lo hace. Toda la seguridad se concentra en el escenario ensangrentado, solo un par de rozagantes policías custodian la caja de seguridad del teatro, esto será demasiado fácil. Con la majestuosa sutilidad de un raptor que acecha a su presa, me abalanzo en contra de uno de los policías que nada puede hacer ya para defenderse, le he arrancado con unas pinzas gran parte de la nariz, el otro corre en su ayuda desenfundando su arma, pero es lento y los nervios lo traicionan, me apunta y ha olvidado quitar el seguro al arma, ¡imbécil! Será fácil dejarlo inconsciente, la caja de seguridad no es más que un juego de niños, se abre con facilidad, el número de combinación está escrito en un pedazo de papel junto a la maceta, es cuestión de aprender las mañas y los códigos secretos del hampa. A esto se le dice “ir siempre un paso adelante”, alguien ya tenía planes para este robo en algún lugar de esta gran ciudad...
Regresé al automóvil, ella no dejaba de mirar con detenimiento lo que sucedía en las afueras del teatro, de haberlo sabido, hubiese aparcado afuera, sería más fácil escapar. Encendí el auto y avanzamos lentamente hacía la salida, el encargado del estacionamiento llegaba para impedirnos la salida, cuando sucedió un acontecimiento en verdad absurdo; atrás se escucharon disparos y la muchedumbre se esparció por todos lados, unos huyendo como hormigas y otros más tirándose al suelo como ovejas. Un tipo se había puesto tan nervioso por lo ocurrido, que no dudo en dispararle a otro que parecía sospechoso. Escapamos en medio de toda esa confusión.
La velocidad se podía sentir en nuestros corazones, ella me explicó el por que de su venganza, de sus aspiraciones a ser la protagonista de la obra y de lo interesante que encontraba que las situaciones hubieran embonado a la perfección, como si aquello hubiese estado predeterminado. Eso me pareció demasiado sospechoso, llegué a creer que ella era parte de un boicot preparado por algún enemigo encubierto, pero su hermosura y sus ojos llenos de aquel éxtasis que sobreviene al asesinato, me dijeron lo contrario.
Ella me mira y yo a ella, me pide que aparquemos en un motel de aspecto macabro, justo como los que aparecen en aquellas malas películas de terror; con su letrero de neón y su entrada feamente adornada con hiedras y piedra volcánica, una fuente chapotea en una pequeña glorieta y de pronto siento que este es un pésimo lugar para morir…, pero accedo a sus caprichos.
Al entrar a la habitación, la luz fría de la luna, nos da la bienvenida y un par de copas de whisky del buen Johnnie Walker etiqueta azul moderan y relajan el ambiente. Ella es hermosa y miro su tierna desnudez detrás de aquel vestido violáceo, veo en su mirada la incertidumbre, algo que la gente ha dado en denominar como “miedo”. Un miedo que comienza a explotar, me abraza y yo a ella, la beso y de un momento a otro, siento el frío metal de una daga que sube por mi abdomen, tan lentamente y puedo sentir el correr de la sangre, caliente y burbujeante. No hay dolor, no hay sufrimiento, ella es mejor que yo (su astucia y su profesionalismo, me dicen que ella no es lo que aparenta) es más inteligente que yo, ha podido embaucarme como ninguna otra persona ha podido. Sospecho que saldrá corriendo con todo el dinero y el mustang escarlata, engatusará a cualquier otro idiota, creo que esto es el final, pero muchas veces el final no siempre es feliz y por supuesto, nunca acaba como muchos de nosotros deseamos.
Se aleja, todo se nubla y en ella veo el desconcierto, me lo había advertido, alguien tendría que morir, pero… ¿Por qué no he muerto? Algo no salió de a cuerdo al plan, algo falló. Ella sigue aquí, yo también; se quitarle el seguro a las armas, eso es cosa fácil, se cuando he perdido, pero aun puedo sentir la calidez de la sangre, no he muerto, solo es un trance... Ella gime y solloza frente a mi, dentro de todo el tumulto de palabrería que de sus labios emana, alcanzo a descifrar una frase: “no lo merecía, el no era malo”, creo que se equivoca, creo que tenía una muy mala referencia de quien soy yo. Eso le costará la vida. De entre las tinieblas alcanzo a percibir su silueta, ella está sorprendida, creyó haberme desarmado, pero jamás se imaginó que un hombre precavido puede llegar a tener una intuición por demás escalofriante. Las balas incendian el húmedo aire de la habitación, y encuentran alojamiento en su pecho, sus lindos pechos que se estremecen tanto o igual que yo mismo, ella suspira, ella muere más rápido que yo.
Me levanto con mucha dificultad, aun puedo tenerme en pie con la misma fortaleza de un monstruo, como siempre me lo han dicho. Detrás de la ventana opaca, el volar de una parvada de cuervos, surcando el cielo justo debajo de la luna, me recuerda un pasaje de la literatura latinoamericana; “cuando el revuelo de un ave sobre nuestras cabezas dio un graznido siniestro y conocido para mi; la vi volar hacía la cruz de hierro y posada ya en uno de sus brazos, aleteó repitiendo su espantoso canto”.
En el horizonte la noche se hacía aun más negra. Las doce campanadas en el reloj de pared me anunciaban el final del día. Por fin se habían cumplido las condiciones de su amor, ella en verdad luce hermosa, sus ojos se han cerrado para siempre. En el estacionamiento el auto espera... Por el fugaz amor que le tuve y le tendré, no cometeré necrofilia y mucho menos destazaré su cuerpo como lo he hecho con aquellas otras mujerzuelas, por el contrario, regresaré a casa y le enviaré un ramo de rosas negras a su familia; su esposo y sus dos pequeños hijos.

14 oct 2009

mentiras.

Historias de terror, cuentos de hadas, narraciones extraordinarias, relatos cortos, novelas de ciencia ficción, no, no, no, ¡no! Aléjate de él, ese cuentacuentos no hace más que mentirte.

13 oct 2009

decepción.

Iba decidido, en verdad que sí. Bajó la larga escalera hasta tocar el suelo, sintió como sus zapatos se derretían bajo sus pies y apresuró el paso. Cabizbajo y doliente no se percató ni quiso mirar a su al rededor, "todos saben el camino" pensó, y aparentemente era cierto. Llegó hasta la entrada de una terrorífica caverna de donde salían gritos espantosos, asomó la cabeza indecíso, tímido. Él estaba ahí, sentado en un trono hecho de cadáveres. Ni siquiera pidió permiso para entrar...
Quiso venderle su alma al Diablo, pero él, tacaño como pocos, ofrecía muy poco por ella. Decepcionado, el hombre caminó de vuelta a casa entre calderas hirvientes e infernales hornos.

12 oct 2009

navegando.

Sobre olas de mar bamboleantes como nubes suaves de algodón, bajo un cielo naranja y despejado, sólo recibiendo el guiño de un ojo brillante en el horizonte, navego sobre una corriente cálida. Voy escuchando a lo lejos los cantos de las ballenas y me dejo guiar por su voz hacia lo desconocido para mí.
Al llegar a mar abierto, una sensación de paz me rodea, una brisa refrescante me humecta la piel, me moja los cabellos y me nubla la vista; son lágrimas de todos ellos y de todas ellas, su dolor es alimento para mí. ¡Estoy tan tranquilo!, se está tan bien aquí: donde no hay ruido, donde no hay dolor, donde no hay amor ni odio, donde ésta reconfortante insensibilidad me deja escuchar los latidos de mi propio corazón...
No me preocupo demasiado, a pesar de navegar en un frágil barquito de papel.

9 oct 2009

apología.

A pesar de que se dice que el mar está repleto de lágrimas derramadas, es imposible contener el fuego del infierno en que la humanidad vive. Tan llenos de odio, de amargura, de tristeza, y a pesar de todo muestran esa falsa careta de felicidad, donde todo está bien en apariencia... ¡Superficiales! ¡Hipócritas! ¿Es acaso que saben actuar tan bien? ¿O en realidad soy yo quien no puede ni quiere ser como ustedes? ...A veces intento, desde mi trinchera, apagar el fuego de mi infierno. Pero las lágrimas escacean ya, creo que es tiempo de considerar la Otra Alternativa. ¿Y qué si mis anhelos y esperanzas son una absurda paradója del significado de esas palabras? La muerte está a una sobredosis de distancia.

8 oct 2009

tendencia suicida.

"Tengo un un nudo en la garganta, esto del suicidio se siente como el llanto contenido." León. M.

7 oct 2009

mariposas.

Se miraba al espejo, la mirada agresiva, retadora, enfurecida, con el cabello cayendole sobre esos ojos marrones de los que ya no podían escurrir más lágrimas. Respiraba pausadamente, los vestigios de un amor mancillado por la traición le revolvían el estómago provocando la más terrible de las náuseas. Tomó un poco de aire, se limpió la sangre que se le derramaba de la náriz producto de su último enfrentamiento con el desamor, y aún con la pistola caliente, se disparó al estómago intentando matar así, las mariposas que no lo dejaban vivir.

6 oct 2009

acto seguido...

La Realidad es un ensayo de la vida, y la muerte se encarga de levantar el telón de nuestro eterno acto. En ese sentido, yo nunca he sido un gran actor... Y nunca lo seré.

5 oct 2009

Inconsistencia existencial.

Estaba en busca de sonidos inexistentes para oídos que nunca iban a escuchar. Lo único que obtuvo fueron callos en las yemas de los dedos y un corazón embriagado de dolor y frustración.

2 oct 2009

historia. (otra historia del chico sin rodillas.)

(Alejandro corta el nudo gordiano, Jean-Simon Berthélemy)
-Alejandro Magno, era hijo del rey Felipe de Macedonia...- recitaba la maestra con muy poquísimo interés.- Magno no por su magnitud, ya que tenía una estatura normal, sino porque magnus en latin quiere decir glorioso, magnífico. En realidad no se entiende bien por qué le dieron un nombre latino, ya que Alejandro era macedonio, o sea, griego, por lo cual debió haberse llamado Alejandro Mega, ya que en griego glorioso se dice megás, pero ya ni modo.- De pronto un silencio y una pregunta interrumpieron los pensamientos de Jonás.
Te sientes bien, Jonás?
-¿Eh? Ah, sí... Sólo pensaba, ¿Cómo pretenden que aprendamos Historia si sus protagonistas ya están muertos? Es decir, ¿Qué nos queda si debemos confiar nuestra esperanza a un montón de cadáveres envueltos en siglos de gloria?
-¡Vaya pesimismo el de éste chico!-suspiro la maestra.

1 oct 2009

átropos.

La vida en el mund0 pende, literalmente, de un hilo; Y Átropos, la justa e inflexible, lo sabe a la perfección, es por eso que ya afila sus tijeras.