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Exhumacion-es.

"Exhumaciones" es un recorrido por la literatura light del nuevo siglo, un juego de palabras a veces corto a veces no tanto. Que intenta reflejar emociones, obsesiones y locuras "temporales".
"Exhumaciones" Es un viaje desde el centro de la Tierra hasta lo más recóndito de mi universo personal.

30 nov 2009

Pacto.

Fue suficiente el cariño que me tenías para ver más allá del quinto horizonte. Fue suficiente la honestidad con que dijiste las gratas palabras amorosas que tanto deseaba escuchar. Fue suficiente la confianza que ambos nos tuvimos al hablarnos y escucharnos desde nuestros infiernos. Y también fue suficiente el tiempo que permanecimos juntos hasta pudrir los sentimientos que flotaban como mariposas en nuestra recámara. Fue suficiente, tanto que ahora que ha terminado tenemos dentro de nuestros corazones, las razones para prometernos una eternidad juntos y enmendar nuestros errores en el otro lado del universo.
Dos pistolas, dos balas, un amor, lo suficiente.

27 nov 2009

anhelos.

Déjame tomar tus manos, abrazarte, sentir la tibieza de tu cuerpo. Déjame sanarte, rendirme y morir lentamente. Déjame soñar que juntos caemos al cielo...

26 nov 2009

nada.

Tardes de inacabables caminatas, de cafés que pierden su aroma con el paso de los minutos mientras las canciones que se repiten una y otra vez con palabras y frases que atacan hasta conquistar la mente. Cosas insuficientes para soportarse más de una noche, cosas suficientes para tener cientos de páginas con nada escrito.

25 nov 2009

guarda silencio.

Tápate los oídos, el retumbar de los tambores del infierno suena con horrenda alegría. ¿Aún lo escuchas?, no está afuera, está en tu mente y no se va a callar pronto. Está dentro de tí, más abajo, en tu pecho, una bomba que a cada segundo se estremece, que con cada espasmo suelta un poco más de adrenalina que te prepara para el final.
Calla porque nadie te escucha, calla porque no tiene sentido seguir gritando, calla porque lo que te ha sucedido es tan irracional como inhumano que por más que intentes explicartelo, no hallarás una respuesta lo suficientemente lógica como para entenderlo. Por favor, guarda silencio y cállate de una vez, que nadie te sacará de ese pozo profundo...
Los tambores del infierno callaron entonces.

24 nov 2009

catalepsia.

Sobre mí la tierra porosa, húmeda, cargada de putrefacción, de flores muertas, de gusanos devoradores de carne. Y tu cuerpo sobre mi lápida, llorando y gritando improperios al destino y a Dios... ¡Calla por un momento para que puedas escuchar mis golpes que agonizan por una oportunidad más! Calla por un momento para que te des cuenta que aún no estoy muerto...

23 nov 2009

aún no.

Era tarde, la gente había comenzado a abandonar el lugar entre sollozos y esperanzas de pronta resignación. Después de todo no era mala persona.
Pero un espantoso grito les paralizó; detrás de ellos, en el centro del salón, el hombre gritaba palabras ininteligibles. Al mirar lo que sucedía, los desmayos y crisis nerviosas explotaron en cadena. El muerto estaba sentado en su ataúd con la respiración agitada y la vida regresandole en oleadas de miedo.

20 nov 2009

rosas.

Escondió sus crímenes bajo cientos de hermosas rosas rojas. El descarado color sangre de los pétalos fue lo que la delató.

19 nov 2009

desamor.

-¿Tu última voluntad, soldado?
-Decirle otra vez que la amo.-contestó sin titubear.
No encuentro la sorpresa en que le hayan perdonado su condena a muerte, si ya estaba encadenado al más cruel de los castigos; él la amaba, pero ella no le correspondía.

18 nov 2009

semillas.

"Basta remover un poco entre la tierra para enocontrar los corazones palpitantes de la humanidad, de esas semillas no han de brotar sangrientas rosas rojas. No ha de brotar nada, mucho menos el amor."

17 nov 2009

conciencia.

Dentro de un pozo profundo yace mi Esperanza, aguarda solemne entre goteos interminables y murmullos lejanos...
Fuí arrojando veneno por la vereda, los matorrales murieron tan pronto probaron el falso elíxir. Mi orgullo por encima de los montes miraba más lejos que los halcones sobre la negrura del universo: inalcanzable, valiente y profundamente horrible. Hasta que la desesperanza se adueñó de mi voluntad haciendo que sus fatídicas secuelas me llevaran a derruir el imperio que su antónima había construido en el aire, y lo peor de todo es que cedí a sus encantos; todavía escucho sus lamentos prolongados y dolorosos, comienzo a pensar que a pesar de haber sido sepultada viva, Esperanza nunca va a callarse.

16 nov 2009

Piromanía.

En mis manos los recuerdos que no voy a guardar de tí. En mis piernas temblorosas el miedo por huir tan lejos como pueda. En mis oídos, lejanas sirenas, tus gritos, mi conciencia.
Y en mis ojos, el reflejo de las llamas danzando; ahora brillas tanto como una estrella.

12 nov 2009

reversible.

Despertó con un sobresalto; por un instante tuvo la impresión de estár viajando hacía atrás, sin embargo, el tren seguía avanzando. Naturalmente.

11 nov 2009

Gourmet.

La mesa está servida; el hombre saborea unos riñones de carnero, una copa de vino tinto le acompaña junto con la botella y una pequeña canasta de panes integrales lujosamente adornada con espigas de trigo descansa en el centro. A su alrededor transcurre la comedia y la tragedia propia de un restaurant, son historias varias que conmueven, negocios que se cierran al choque de las copas, amistades refrendadas al calor del café de sobremesa, charlas que enamoran a los menos amorosos, degustaciones que endulzan y desbordan sentimientos: comer no tiene tanto que ver con el estómago, sino con el corazón.
El hombre, a pesar de su soledad no puede evitar inmiscuirse en esa grandiosa tragicomedia humana.

10 nov 2009

naufragio.

Sin estrellas y sin faros que me guien, vuelvo a dormir sobre el témpano de hielo que naufraga en éste cálido mar de amargura.

9 nov 2009

La ventana.

Sus pies se posaron sobre la cálida alfombra de la recámara, su mirada recorrió cada rincón que se escondía entre las sombras de la noche. Todo en orden, los muebles, los libros, los cuadernos, los recuerdos de la vieja escuela, y por supuesto, los recuerdos de amores anteriores. -Qué estupidez- pensó humectando sus labios con esa envenenante saliva mientras revolvía entre decenas de cartas redundantes y repletas de la más asquerosa ortografía, los "te amo" en rojo le provocaron náuseas, era la misma repulsión que sentía cuando la luz tocaba su piel.
Se apartó de ese "baúl de recuerdos", prefirió desangrarla con la mirada, penetrar en su mente, en sus sueños; desgarrar cada imágen que ella guardaba de la realidad. Subió a su cama, le apartó el cabello del cuello y aspiró con perversidad indecible el aroma inocente que ella desprendía... Ella se movió, suspirando volvió a acomodarse de tal forma que él quedo sobre ella, muy, muy, muy cerca. Sus labios eran tentadores, sus mejillas pálidas se llenaban de sangre, sus hermosos ojos cerrados, toda ella era un encanto a los sentidos, era imposible no perderse en su belleza. Quizá, lo único que poseía en el mundo.
-No temas, no te sucederá nada malo.-dijo él- Todo estará bien, las noches seguirán siendo largas y terribles, los días aburridos y poco sustanciosos. Pero tienes la certeza de que un día vas a morir y todo va a desaparecer. Tú vas a desaparecer, tus recuerdos, tus memorias y nada habrás de llevarte. No intentes moverte, no escaparás. Todo estará bien... Amarás a esos bastardos que sólo te siguen instintivamente, amarás esa superficialidad con la que vives y odias. Amarás esa hipocresía con la que te muestras ante todos. Amarás la muerte a pesar de los latidos de tu corazón. Y esa es la razón por la cual estás deseando seguirme, pero no ésta noche. Hoy, duerme, hermosa, tan solo duerme... Sólo pido un poco de tu vitalidad.
Despertó cuando sentía la sangre escapar de su cuello, despertó sólo unos instantes para mirar sus cabellos revueltos, su rostro desagradable a la luz de la luna. Despertó para decirle que lo necesitaba. Pero él no quiso escuchar más y escapó.
Ella duerme negándose a cerrar la maldita ventana.

6 nov 2009

en algún lugar del horizonte. (capítulo 4)

Las celdas son frías, de sus paredes escurre un líquido espeso. La oscuridad no nos permite ver su color pero es obvio que se trata de sangre humana. Mis amigos están exhaustos, casi no hablan, prefieren dormir a todas horas... ¡Sí supieran que sé qué es lo que ellos están buscando! ...Estaba ahí, uno de ellos lo sujetaba en la batalla del desierto, en el instante no supe de qué se trataba y no fue si no hasta que se percataron de la desaparición del objeto que entendí la importancia de lo que había arrebatado de las manos de ese cadáver; era una especie de caja negra, sólida y pequeña, con ranuras y orificios de distintos tamaños, rústica en apariencia pero letal. Se trataba de un "detonador", un arma de avanzada tecnología capaz de crear torbellinos de fuego al rededor manteniendo a salvo del calor infernal al usuario, en apariencia un arma suicida, pero eficaz. Ello explicaba por qué nuestra tienda había sobrevivido y es que mis camaradas no deben saberlo, pero fuí yo quién los exterminó a todos ellos, inclsuso, (y lamentablemente) al pequeño escuadrón que defendía nuestro diesmado cuartel. Pero quisiera aclarar no en mi defensa, si no en justificación de la misión, que lo que hice fue por defender la dignidad humana. Si es que eso aún existe... Por lo demás, ustedes podrán atar los cabos sueltos, su ejercito también sufrió una gran pérdida, sin embargo ellos nos exterminaron y se apoderaron de nuestras naves, de nuestros vehículos y de nuestras armas, tienen una capacidad asombrosa para organizarse, aprenden rápido y lo peor de todo es que ellos nunca olvidan.
Éste no es nuestro planeta pero intentamos creer que era nuestra conquista. Envío esto usando los satelites enemigos como si fuera un manuscrito dentro de una botella arrojada al mar, si esto llega a manos de alguien en la Tierra, tengan siempre en cuenta mi advertencia y no los subestimen. Nunca aparten la vista del horizonte porque ellos van a ir en busca de su venganza.
Mis camaradas duermen, ellos no deben enterarse, así es mejor... Es hora de dar el último golpe: intentaré destruir el castillo.

5 nov 2009

en algún lugar del horizonte. (capítulo 3)

No había manera de resistir un ataque de tal magnitud, seguimos en línea recta procurando absurdamente pasar desapercibidos, pero ellos nos veían desde arriba. Sus miras nos apuntaron con fríos puntos rojos que caían sobre nuestras espaldas, eran como salpicaduras de muerte que anunciaban el final de nuestra estúpida misión.
Una voz nos ordenó ponernos de pie, entendíamos a la perfección sus palabras a pesar de no hablar el mismo idioma, nos levantámos, dimos media vuelta y regresamos al campamento con los brazos sobre la cabeza. La nave ya estaba en tierra, de ella surgieron dos "gusanos", su fisonomía era parecida a la de los seres humanos, pero ellos eran altos, delgados, pálidos, frágiles, viscosos. Nos obligaron a arrodillarnos frente a ellos proclamando así una victoria real sobre nuestra orgullosa raza, ya no había nada que hacer.
Uno de ellos se acercó hasta nosotros y confiscó nuestras pertenencias, era como si estuviese buscando algo, un objeto que al no hallar desencadenó su furia, vociferaba ordenes golpeaba el suelo con sus pies señalaba en todas direcciones. Las naves se expandieron y comenzaron a rastrear el campamento destrozado. Luego nos subieron a la nave y nos condujeron a las mazmorras de un viejo castillo en ruinas...
Quizá si les daba lo que buscaban todo se acabaría, pero también cabía la posibilidad de que eso no sucediera.

4 nov 2009

en algún lugar del horizonte. (capítulo 2)

El cielo se tornó opaco debido al gran número de naves que volaban bajo inspeccionando la zona; eran cientos de helicópteros, en sus flancos podían verse aquellas horrorosas pintas que simbolizaban la esclavitud del pueblo libre; las manos encadenadas.
Todos asomábamos la mirada por la ventana, atentos e indecisos. La voz de mando del sargento nos ordenó apartarnos y largárnos lo antes posible de ese lugar. Tomé mi mochila apenas alcanzando a ajustar las correas y salí trás ellos, escabulléndonos entre troncos quemados, cenizas, huesos y sangre putrefacta. El calor del suelo evaporaba esos aromas volviéndolos más densos, y entre todo ese cúmulo de deshechos alcancé a observar la bandera de nuestra nación hecha jirones, completamente desgarrada. Se me ocurrió pensar en el simbolismo de nuestra derrota...
Llegámos hasta los linderos de una colonia extensa de matorrales, atravesamos sus espinosas defensas, nos internamos en ese bosque de agujas y no pudimos evitar volver la vista esperando encontrar menos desgarrador nuestro incierto destino, nuestra tienda se alzaba derruída y sobre ella caían los apuntadores láser de los helicópteros. Uno de ellos comenzaba a descender, a través del parabrisas alcanzamos a observar su asqueroso rostro: esos rostros inconfundibles, el rostro de los gusanos. Entonces dimos la vuelta e intentamos escapar. Que eso quede muy claro, lo intentamos.

3 nov 2009

en algún lugar del horizonte. (capítulo 1)

Los primeros rayos de sol invadieron nuestra tienda, se filtraron por los resquicios de las ventanas plásticas, serpenteando por las paredes y el suelo como una pequeña mancha de luz que al avanzar dejaba ver una ligera lluvia de polvo a traves de su luminosidad. Afuera el murmullo de cientos de hélices comenzaban a escucharse a lo lejos, era un sonido apagado, grave; como el de miles de tambores de guerra que avanzaban lentamente por el cielo. Al despertar, instintivamente tomámos nuestras escopetas y salimos al frente de batalla para recibir órdenes de nuestro capitán, pero nos encontramos con un campamento vacío a nuestro al rededor, las otras tiendas estaban calcinadas, los cuerpos desollados de nuestros camaradas yacían amontonados bajo un árbol sin hojas, el panorama era triste, desalentador.
Volvimos a entrar a nuestra tienda para tomar un poco de aire y organizar el escape. Pero no habíamos reparado en una pregunta fundamental: ¿Por qué nosotros no?, a pesar de que las imágenes rondaban por mi mente preferí no alzar la voz, sabía que aquella pregunta también se la hacían ellos mismos. Pero no ibamos a perder el tiempo con preguntas que yo no iba a responder.
Tomamos lo más elemental, unas latas de comida, agua y nuestras municiones. Ese murmullo de hélices ya estaban casi sobre nuestras cabezas ahora como la más terrible de las sinfonías.