En mis manos los recuerdos que no voy a guardar de tí. En mis piernas temblorosas el miedo por huir tan lejos como pueda. En mis oídos, lejanas sirenas, tus gritos, mi conciencia.
Y en mis ojos, el reflejo de las llamas danzando; ahora brillas tanto como una estrella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario