Sobre mí la tierra porosa, húmeda, cargada de putrefacción, de flores muertas, de gusanos devoradores de carne. Y tu cuerpo sobre mi lápida, llorando y gritando improperios al destino y a Dios... ¡Calla por un momento para que puedas escuchar mis golpes que agonizan por una oportunidad más! Calla por un momento para que te des cuenta que aún no estoy muerto...
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