Tápate los oídos, el retumbar de los tambores del infierno suena con horrenda alegría. ¿Aún lo escuchas?, no está afuera, está en tu mente y no se va a callar pronto. Está dentro de tí, más abajo, en tu pecho, una bomba que a cada segundo se estremece, que con cada espasmo suelta un poco más de adrenalina que te prepara para el final.
Calla porque nadie te escucha, calla porque no tiene sentido seguir gritando, calla porque lo que te ha sucedido es tan irracional como inhumano que por más que intentes explicartelo, no hallarás una respuesta lo suficientemente lógica como para entenderlo. Por favor, guarda silencio y cállate de una vez, que nadie te sacará de ese pozo profundo...
Los tambores del infierno callaron entonces.
Calla porque nadie te escucha, calla porque no tiene sentido seguir gritando, calla porque lo que te ha sucedido es tan irracional como inhumano que por más que intentes explicartelo, no hallarás una respuesta lo suficientemente lógica como para entenderlo. Por favor, guarda silencio y cállate de una vez, que nadie te sacará de ese pozo profundo...
Los tambores del infierno callaron entonces.
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