Una mañana la humanidad despertó con la increíble noticia de que en realidad todo era un sueño elaborado. Así perdieron toda capacidad de asombro, y el pesimismo y la desesperanza se volvieron insoportables al punto en el que dejaron de contar ovejas a la hora de irse a dormir. Y libres de toda ilusión, tan sólo cerraron los ojos y dejaron de soñar.
Desde entonces la marcha de las ovejas en el cielo es interminable...
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