"Querida mía, tu corazoncito está herido; no me creas cruel porque obedezca a la ley irresistible de mi fuerza y mi debilidad; si tu querido corazón está herido, mi corazón sangra junto a el tuyo. En el éxtasis de mi enorme humillación, vivo en tu cálida vida, y tú morirás...; morirás, morirás dulcemente... en mi vida. Yo no puedo evitarlo así como yo me acerco a tí, tú, a tu vez, te acercarás a otros, y conocerás el éxtasis de esa crueldad que, sin embargo, es amor; de modo que, durante un tiempo, no trates de saber nada más de mí y lo mío; confía en mí con todo tu espíritu amoroso."
Por enésima vez la fuerza de tus ojos me hicieron olvidar decirte lo que siento.
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