Yo también he soñado lo mismo, sueño que me estoy ahogando, que mi reflejo en el cristal es el tuyo, pero estando fuera: tan melancólica como siempre, tan indecisa como siempre. Y veo como lloras, quizá de impotencia porque sabes que no puedes sacarme de ahí. Pero a diferencia de lo que me cuentas, tu reflejo no es el tuyo precisamente, si no el mío. Me doy cuenta que tu rostro angelical se transforma en el demonio que soy y angustiado, veo que estoy sólo, tú has desaparecido.
Pero dentro de mi repentino pánico me alegra saber que lo que me dices a cada rato es una mentira y que cuando eso pase, tú no estarás ahí, que sabes muy bien que no me seguirás.
A esto yo no lo llamaría pesadilla...
No hay comentarios:
Publicar un comentario