Mateo.- Ya al final de mi sueño se aparecía un monstruo, no era muy grande ni muy listo, de eso me di cuenta por la forma en que caminaba y tropezaba con todo... Pero lo peor de todo es que nadie lo podía detener, se comía todo como si se tratara de un pastel de chocolate, y no dejó nada de nada el muy malvado... Era uno de esos rojos con cuernos y colita, de esos que salen del infierno... ¿Cómo es que se llaman?
Jonás.- ¿Diablos? ¿Demonios? ¿políticos?
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