Todo sucede muy rápido, las ráfagas de tiempo me obligan a salir del camino constantemente. Entonces sucede que todo va más lento, que los dolores guardados celosamente comienzan a teñir la ropa del carmesí más hermoso; es inevitable dejar de sangrar mientras permanezca en éste lugar tan falso y desconocido para mí. No necesito de todo esto. Estoy cansado de tanto caminar, mis ojos se cierran un poco más con cada paso, necesito volver a soñar aunque en ello se me vaya la vida.
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