Cegado por los rayos de sol que invadieron tu mundo te sentaste por el resto de tu tiempo a beber del popote tragos interminables del más rico jugo de uva que alguna vez conociste. Inadvertido, imperceptible, como una hoja dorada que se rompe bajo el zapato de alguien más. Así quedó tu semblante y nada en esta vida lo hará ni te hará cambiar; seguirás de frente al viento mirando como transitan las nubes, el sol, la luna, las estrellas y el planeta de donde dices haber llegado.
Insanidad.
La catatonia se adhirió a tu mente, se quedó pegada como tú a la silla de ruedas, como tus sueños al cuarto de hospital, como tu amor al recuerdo de alguien que ya te olvidó.
Insanidad.
La catatonia se adhirió a tu mente, se quedó pegada como tú a la silla de ruedas, como tus sueños al cuarto de hospital, como tu amor al recuerdo de alguien que ya te olvidó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario