Por estas noches el cielo parece más grande y las nubes se difuminan como una neblina que baja de lo más alto, atorandose en las estrellas y rasgándose terriblemente. Entonces parece un cuadro pintado de azul, negro y blanco. Y la luna ahí, brillante, perpetua e indiferente. Cuando camino me sigue, cuando me detengo sigue viajando.
1 comentario:
Muy linda la imagen final de la luna. Acojonante al mismo tiempo.
Saludos.
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