Hace horas que estamos sentados en ésta colina, cuando llegamos habían sólo unas cuantas personas deambulando por ahí. En algunos se miraba una sonrisa cargada de melancolía, en otros la tristeza les había nublado la mirada, pero todos consevaban para sí mismos la flama inextinguible de la esperanza.
A medida que transcurrrían los minutos y en el cielo el incesante viaje del sol provocaba los azules, rosados y naranjas más hermosos que hubiésemos visto, la gente llegaba con ese caminar solemne, y en silencio se dejaban caer sobre algún montículo de hierba, luego levantaban la mirada y la perdían en el infinito. Inesperadamente alguien suspiraba y rompía en llanto, y alguno más le asistía ofreciéndo sus brazos como refugio al tiempo que le mostraba el maravilloso atardecer. Todos sabíamos lo que iba a ocurrir...
No lo niego, el miedo me absorbió, por dentro ya comenzaba a morir pero ella no debía enterarse, nuestra fortaleza era compartida y a pesar de saber que el temblor en su cuerpo me gritaba el pavor que ella sentía, nunca la solté, la apreté contra mi cuerpo y le prometí que todo estaría bien. Ella asintió, pero ambos sabíamos que yo estaba mintiendo. Nos reconfortamos con un profundo beso , quizá el más sincero de todos. En la colina el ambiente se ponía cada vez más tenso, una histeria colectiva se expandió y los gritos de terror se apoderaron del silencio, yo peranecí solemne junto a ella, como se lo prometí...
De la nada surgió un potente silbido que comenzó a crecer. Un objeto apareció en el firmamento que ya comenzaba a oscurecerse, primero surgió como una potente luz que viajaba siguiendo un trayecto inclinado con respecto al horizonte, el objeto descendía a gran velocidad, era imponente, tanto que nos congeló el aliento, se encargó de soplar la llama de nuestra esperanza. Entonces, el objeto se estrelló con fuerza en el suelo justo enmedio de la ciudad evacuada, la bomba había dado en el blanco, era tiempo de pagar el precio justo de nuestros errores; la luz devoró el cielo, y una ráfaga de viento incineró el tiempo, y con él, la vida.
A que nunca se te ocurrió imaginar que así acabaría todo.
1 comentario:
mm... pensé que el fin seria muy distinto,me hubiera gustado algo como exterminio por zombies,o por un ataque de extraterrestres o por un gran sismo que desatara los peores sumanis y las peores explociones volcanicas...pero en fin,algun día nos vamos a morir...
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