Este nuevo siglo te parecía vacío, incómodamente vacío y así lo reflejaba tu apatía, esa forma tan tuya de quejarte por superficial que se ha vuelto la existencia. Volvías una y otra vez al fundamento primordial de lo establecido e inalterable; ese costumbrismo tan tuyo que a veces envidio, un silencio constelado, profundo, lejano y misterioso, a veces melancólico, a veces doloroso pero sin llegar a producir lástima. Adoré tu orgullo y tu soberbia que para tí dejo de existir en mí, en el momento que dejé de seguir tus pasos. Cuando tus palabras me abofetaron de la manera más cruel. Sin embargo, hoy te volvería a retar con la mirada; buscaría y buscaré tu perdón...
No puedo seguir redactando tu recuerdo, mis manos se rehusan a hacerlo. Pero tienes que saber que la vida ya no lastima como antes, hoy la vida es sólo es un desbarajuste en el tiempo/espacio. El universo aún no llega a estabilizarse por completo y nuestras tragedias se resumen a una imperfección casi celestial, así que en realidad nuestro suspiro de vida no es algo tan reelevante. Cómo sea, es imposible olvidar tu vida, tus increíbles historias y tus modos... Hoy, estás de frente a una estrella brillante, iluminando mi cielo. Sin embargo esto no es un adios definitivo, tan solo tomaste tu abrigo y te marchaste sin expresarme tus sentimientos.
Sé que me estás esperando a dos años luz de distancia.
Por Dios, no sabes lo mucho que te extraño, viejo.
1 comentario:
wow...si no mas me equivoca escribes sobre alguien que se fue hace algun tiempo, me recordo la ultima conversacion con mi mama hace 10 años, la extraño tanto... todo hubiera sido diferente si ella estuviera aqui... en fin la vida es como es y no la podemas cambiar.
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