Mirando dejar atrás la carretera me pregunto millones de cosas al mismo tiempo, al aparecer una cuestión, como respuesta obtengo más preguntas; ¿soy quien debo ser? ¿quién soy cuando sugieres que no soy yo? ¿en qué me he convertido sin darme cuenta? ¿En dónde equivoque mis pasos si es que he errado? ¿todo está en el lugar al que pertenece? ¿Todo está predispusto para que así suceda? ¿Acaso las piezas del juego ya se han movido? Hace tiempo que la partida comenzó y aún no estoy seguro del lado al que pertenezco en el espejo, si soy real o sólo un reflejo que aparece cuando el verdadero Yo se asoma... ¡Tengo tanto miedo de descubrir quién soy en verdad, que puedo sentir como el tiempo se tuerce en un espiral confuso y los minutos se transforman en agujas que inyectan sedantes al torrente sanguíneo! Como si estuvieran drogándome constantemente para poder sonreír un poquito.
Puedo elegir creer en esto, puedo esconderme en mis sueños, puedo viajar fuera de éste mundo o encerrarlo en mi cabeza, pero no puedo dejar de hacer tantas preguntas cuyas respuestas me aterra escuchar.
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