Volvieron a tomar asiento cuando su desesperación se desvaneció nuevamente, ya habían perdido la cuenta de todas las veces que la ira, la angustia y el miedo se había apoderado de ellos.
Bajaron los brazos, miraron por la única ventana que tenían en la cabina, y apenas en el horizonte se alcanzaba a mirar una luz apenas brillante. Las sensaciones eran encontradas, mucho tiempo que quizá podría valer la pena, pero también había la posibilidad de que todo eso fuera en vano y su esfuerzo, y peor aún, su vida, habrían sido un desperdicio... Entonces, la nave que los conducía a un planeta tan lejano como el mismo sol, aceleró hasta perderse en la negrura de la nada.
Bajaron los brazos, miraron por la única ventana que tenían en la cabina, y apenas en el horizonte se alcanzaba a mirar una luz apenas brillante. Las sensaciones eran encontradas, mucho tiempo que quizá podría valer la pena, pero también había la posibilidad de que todo eso fuera en vano y su esfuerzo, y peor aún, su vida, habrían sido un desperdicio... Entonces, la nave que los conducía a un planeta tan lejano como el mismo sol, aceleró hasta perderse en la negrura de la nada.
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