Bien sé que el triste acento que el náufrago
envía de la distante playa do el viento lo arrojó,
destemplará los tiernos acordes de alegría
que con sus plectros de oro te brinda ilusión.
Y sé también que quiso sus íntimos pesares
dejar en el olvido y despertar su fe,
y enviarte el entusiasta cantar de sus cantares,
más dulce que las notas del idílico rabel.
Mas ya cuando el santuario del alma se convierte
en ruinas bajo el beso amargo del pesar,
las liras enmudecen y al soplo de la muerte
la luz de la esperanza se apaga en el altar.
De la ficha autobiográfica de *Efrén Hernández,
"...un pobre muchacho que no salía de su casa porque
se pasaba la vida escribiendo versos tristes", como yo. ^^
"...un pobre muchacho que no salía de su casa porque
se pasaba la vida escribiendo versos tristes", como yo. ^^
No hay comentarios:
Publicar un comentario