Cuando despierto vuelvo a soñar, y en mis sueños vueltos realidad caigo en una espiral descendiente que no termina de bajar por el inframundo. Escucho tu voz y los cuervos te llevan en sus garras; despojos de recuerdos y ansias apaciguadas. Las drogas me recorren y tu voz no me alcanza más, nunca más, nunca más... En mi espiral descendiente caigo nuevamente, en mis circulos permanezco y al final: el sueño fisiológico, el tiempo de dormir para volver a despertar y para volver a soñar.
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